CNN va de ‘encubierto’ para fabricar el consentimiento para el intento de golpe de estado en Venezuela

Un reportaje «exclusivo» de CNN desde dentro de Venezuela se emitió varias veces en la cadena el 28 de enero. Es un buen ejemplo de cómo los medios de comunicación influyentes en Estados Unidos crean propaganda para la oposición, que ahora está recibiendo fondos de la administración del presidente Donald Trump.

Para el reportaje de cuatro minutos, el corresponsal de CNN Nick Paton Walsh fue de «encubierto» en medio de lo que la cadena describió como la «profundización de la crisis en Venezuela» para «capturar la desesperación que azota a la nación».

El segmento destacó la hiperinflación en las cadenas de supermercados, los venezolanos poniéndose en colas para obtener combustible y alimentos, particularmente en Caracas, y las manifestaciones de la oposición el 23 de enero, cuando el líder de la oposición, Juan Guaidó, se declaró presidente del país.

«Este era el día en que el cambio estaba destinado a llegar», declaró Walsh.

Sugirió que el gobierno del presidente Nicolás Maduro ha dado «limosnas» a los venezolanos durante años para comprar su lealtad, pero ahora las «limosnas» ya no son suficientes. A los opositores les gusta equiparar los programas sociales con las «limosnas», porque las élites corporativas favorecen la desnacionalización y la privatización de los servicios.

Walsh entrevistó a un oficial de base del ejército venezolano y le concedió el anonimato. El oficial dijo: «Yo diría que el 80 por ciento de los soldados están en contra del gobierno. Algunos incluso van a las manifestaciones. Pero los peces grandes, los oficiales superiores, son los que comen, se enriquecen mientras que los de abajo lo tenemos difícil».

El vídeo mostraba a la oposición lanzando piedras a un aeródromo militar en un enfrentamiento que aparentemente ha durado «meses». Una parte de la barricada estaba en llamas.

Sentado con la espalda contra lo que parecía ser una barricada de hormigón, como si fuera parte de la oposición lanzando objetos, Walsh declaró: «Puede que estén lanzando piedras aquí, pero lo que realmente necesitan es que el ejército cambie de bando».

Walsh no hizo ningún comentario sobre lo que significaría para la democracia en Venezuela si los militares jugaran un papel decisivo en ayudar a Guaidó y a un grupo de países dirigidos por Estados Unidos a derrocar a Maduro.

Otra parte del informe incluía a los niños de la calle en Caracas. Un niño de 14 años contó cómo su hermano fue asesinado en julio por un miembro de una pandilla. Dijo que tiene que buscar en la basura por comida y mendigar para no pasar hambre.

Walsh no mostró una relación de causa y efecto, pero la pobreza del niño fue atribuida irónicamente a una «utopía socialista que ahora deja a casi todo estómago vacío».

A primera vista, el informe puede haber parecido equilibrado y neutral, porque CNN habló con ciudadanos atrapados en medio de la crisis política. Sin embargo, no hubo clips de las decenas de miles de seguidores de Maduro que marcharon por Caracas el mismo día en que Guaidó afirmó que era el presidente interino del país.

CNN también omitió el papel de las sanciones de Estados Unidos y otras medidas para hacer casi imposible la recuperación económica de Venezuela.

Según Mark Weisbrot, codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), las sanciones no crearon hiperinflación en el país. Sin embargo, han hecho que sea increíblemente difícil para el gobierno reestructurar su deuda para recuperarla.

En 2017, semanas antes de que la administración Trump impusiera nuevas sanciones, un ex alto funcionario del Departamento de Estado predijo que haría que el gobierno «incumpliera sus obligaciones y colapsara la inversión interna y la producción de petróleo». Estimularían «disturbios civiles, flujos de refugiados a través de sus fronteras, y un corte del apoyo financiero venezolano a Cuba y Haití que podría llevar a flujos de migración a los Estados Unidos». (Nota: En junio de 2018 se estimaba que unos 35.000 refugiados cruzaban de Venezuela a Colombia diariamente.)

El mismo día que CNN emitió su informe, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a la empresa petrolera estatal del país, Petróleos de Venezuela, S.A. (PdVSA). La compañía es una «fuente principal de ingresos y divisas de Venezuela», incluyendo dólares y euros, según el Departamento.

El asesor de seguridad nacional John Bolton dijo que las sanciones bloquearían US$7.000 millones en activos y resultarían en la pérdida de US$11.000 millones en ingresos por exportaciones durante el próximo año.

Incluso después de que el gobierno de Trump anunciara las sanciones petroleras, CNN todavía ignoró en gran medida el efecto potencial de las sanciones cuando emitió este informe «encubierto» en otra ocasión.

Es probable que las sanciones petroleras intensifiquen el sufrimiento de los venezolanos, no mejoren sus vidas. En el decenio de 1990, Irak fue objeto de sanciones de las Naciones Unidas por sus exportaciones de petróleo, así como de restricciones a otros tipos de comercio exterior. Para muchos, fue «uno de los grandes crímenes de la década», porque las sanciones contribuyeron a la muerte de 500.000 niños iraquíes.

En Irán, los pobres son los más afectados por las sanciones al petróleo que fueron reimpuestas por la administración Trump. El Financial Times informó en octubre sobre millones de iraníes, que ya estaban al límite de sus posibilidades, porque «el valor del rial» había «caído más del 70 por ciento frente al dólar estadounidense durante el último año».

«La fuerte caída ha hecho subir los costos de importación y ha alimentado la inflación, erosionando el poder adquisitivo y dejando a los más empobrecidos luchando por pagar bienes básicos como la carne, los productos lácteos y la fruta», señaló FT.

Como el periodista Gregory Shupak destacó previamente para Fairness and Accuracy In Reporting (FAIR), «Cuando el presidente venezolano Nicolás Maduro en noviembre de 2017 propuso una reunión con los acreedores para discutir una reestructuración de la deuda pública del país, la administración Trump advirtió a los tenedores de bonos estadounidenses que asistir a esta reunión podría ponerlos en violación de las sanciones económicas de Estados Unidos contra Venezuela, las cuales pueden ser castigadas con 30 años de cárcel y hasta US$10 millones en multas para las empresas».

«Ese mismo mes, el gobierno de Estados Unidos agregó más sanciones que impiden que Venezuela haga lo que los gobiernos hacen rutinariamente con gran parte de su deuda, que es ‘transferirla’ (roll it over), tomando préstamos de nuevo cuando un bono vence. Las sanciones también dificultaron, si no imposibilitaron, la reestructuración de la deuda de Venezuela, un proceso en el que se posponen los pagos de intereses y del principal y los acreedores reciben nuevos bonos, que las sanciones prohíben explícitamente».

Además, Francisco Rodríguez señaló para Foreign Policy en 2018, que «el 95 por ciento de los ingresos por exportaciones venezolanas provienen del petróleo vendido por la empresa petrolera estatal. El corte del acceso del gobierno a los dólares dejará a la economía sin la moneda fuerte necesaria para pagar las importaciones de alimentos y medicinas. Al privar a la economía venezolana de sus ingresos en divisas, se corre el riesgo de convertir la actual crisis humanitaria del país en una verdadera catástrofe humanitaria».

No es la primera vez que la oposición en Venezuela destruye la economía para ayudarla a ganar poder. En 2002, el mismo año en que el presidente Hugo Chávez enfrentó un golpe de estado respaldado por el gobierno de Estados Unidos, sus opositores «llamaron a una huelga masiva en el sector petrolero del país».

«La huelga paralizó la producción de petróleo y causó una recesión de dos dígitos en un intento por lograr que Chávez renunciara», recordó Rodríguez. «Este evento convenció a los venezolanos de que no podían confiar en un movimiento político que estaba dispuesto a destruir la economía para alcanzar el poder. En un referéndum revocatorio celebrado dos años después, los votantes apoyaron rotundamente a Chávez».

Nada de esta historia parece importarle a los presentadores de CNN, quienes suscriben el consenso bipartidista de Washington sobre la política exterior de Venezuela. Tampoco mencionan que no sólo las fuerzas de seguridad de Maduro cometen actos de violencia. La oposición estuvo involucrada en linchamientos, quemando gente viva y levantando barricadas que causaron accidentes mortales en 2017. Algunos líderes de la oposición, incluidos exiliados como Lorent Saleh, tienen vínculos con los neofascistas.

Cuando el presentador de CNN, Jim Sciutto, presentó el informe, mencionó que Guaidó había instado una vez más al pueblo venezolano a «salir a las calles a exigir nuevas elecciones» en un esfuerzo por derrocar a Maduro. Es fácil ver cómo reproducir el reportaje después de esta declaración podría ayudar a estimular la simpatía por los llamamientos a la acción de Guaidó.

Pero aparentemente hay razones para creer que la oposición puede contar con el apoyo de líderes de varios países latinoamericanos y occidentales, pero que todavía está luchando por ganarse a la gente.

Walsh señaló que el país no ve protestas callejeras masivas a diario. El mensaje de Guaidó podría estar resonando con algunos de la clase media, pero no es un mensaje que inspire a los que viven en los barrios bajos, que tienen su propia «lucha contra la pobreza».

En otras palabras, es probable que las clases bajas en Venezuela se mantengan escépticas respecto a la oposición, porque temen que signifique invitar a intereses corporativos externos para que saqueen los activos del gobierno y los recursos naturales para que puedan enriquecerse. Esto llevaría potencialmente a recortes o al fin de los programas de bienestar social que utilizan para ayudarles a sobrevivir.

Este escepticismo hacia la oposición entre los venezolanos no es algo que la CNN quiera incluir en su cobertura limitada del intento de golpe. Pero debe ser visto como una razón clave para dudar del consenso en torno al apoyo a la oposición, que las cadenas de noticias están trabajando en fabricar.


Fuente: CNN Goes ‘Undercover’ to Manufacture Consent for Coup Attempt in Venezuela

Noticia complementaria: (2017-09-07) Las sanciones de Trump hacen casi imposible la recuperación económica de Venezuela

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